El excéntrico magnate y fundador de Neuralink, Elon Musk, anunció que el pasado domingo se realizó con éxito el primer implante cerebral en un humano por parte de esta empresa emergente, destacando el lunes, a través de una publicación en la plataforma de redes sociales X (antes Twitter), que el paciente se encuentra en un satisfactorio proceso de recuperación.
La autorización para llevar a cabo este pionero ensayo clínico en seres humanos fue concedida el año pasado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), marcando un hito en la trayectoria de la compañía.
Musk complementó su mensaje en la red social resaltando que los resultados preliminares indican una prometedora detección de picos neuronales, lo que augura un futuro prometedor para esta tecnología.
Controlar dispositivos con la mente
El estudio PRIME de la startup, una investigación de su interfaz cerebro-computadora inalámbrica, tiene como objetivo principal evaluar la seguridad tanto del implante como del robot quirúrgico empleado en el procedimiento.
Este estudio pretende verificar la funcionalidad de la interfaz, la cual, según se detalla en el sitio web de la compañía, permitiría a individuos con cuadriplejía -parálisis de las cuatro extremidades- controlar dispositivos electrónicos únicamente con sus pensamientos.
Concretamente, este estudio tiene como objetivos «evaluar la seguridad de nuestro implante (N1) y del robot quirúrgico (R1), además de examinar la funcionalidad inicial de nuestra BCI para permitir a personas con parálisis controlar dispositivos externos mediante el pensamiento», dice la compañía.
«A lo largo del estudio, se utilizará el Robot R1 para colocar quirúrgicamente los hilos ultrafinos y flexibles del Implante N1 en una región del cerebro que controla la intención de movimiento. Una vez instalado, el Implante N1 es estéticamente invisible y está diseñado para registrar y transmitir las señales cerebrales de forma inalámbrica a una aplicación que decodifica la intención de movimiento», añade.
Escepticismo
El dispositivo desarrollado por Neuralink se caracteriza por contar con una avanzada matriz de 1.024 electrodos, diseñados para captar con gran precisión las sutiles fluctuaciones de la actividad neuronal. La colocación de este dispositivo en el cerebro es un proceso altamente técnico que requiere de un robot quirúrgico, dada la precisión submilimétrica que se necesita para evitar daños a las delicadas estructuras cerebrales y asegurar la correcta interacción con las señales neuronales.
La tecnología BCI, o Interfaz Cerebro-Computadora, persigue un futuro en el que el pensamiento humano tenga la capacidad de interactuar directamente con dispositivos electrónicos, permitiendo al usuario ejecutar diversas tareas mediante la simple voluntad de su mente, desde la navegación por Internet hasta la comunicación telepática entre individuos, una aspiración que Elon Musk ha contemplado durante años y que ha capturado la imaginación de millones.
Sin embargo, la transición hacia esta nueva era de interconexión neuronal no está exenta de desafíos y dilemas éticos. La posibilidad de acceder y manipular directamente la actividad cerebral plantea preguntas fundamentales sobre la privacidad, la autonomía y la seguridad de los individuos.
Estos riesgos, palpables y significativos, nos invitan a un ejercicio de reflexión crítica y a un abordaje cauteloso de esta tecnología, manteniendo un sano escepticismo ante sus potenciales repercusiones en la sociedad y en la esencia misma de la condición humana.
No es el primero
También es importante mencionar que Neuralink no lidera la carrera hacia la innovación en la interfaz cerebro-computadora al llegar a la fase de ensayos clínicos.
Una empresa emergente de Estados Unidos, conocida como Synchron, ya había logrado implantar dispositivos en cinco pacientes para julio de 2022. Según declaraciones de la compañía, estos pacientes fueron capaces de realizar actividades como la comunicación por correo electrónico y el envío de mensajes de texto, entre otras tareas, mediante el uso de estos implantes.
Por nationalgeographic.com.es